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Cuento I  
Ficha
Formato 14 x 20 cm, 128 páginas, ilustrado, a un color.

Cuentos para niños de 8 a 108 - IV (2 ªedición – 2007),

Cuentos, poemas, frases y reflexiones, especialmente dirigidos a resaltar la importancia de la educación, la familia y la escuela como formadores de ciudadanos libres y responsables. Destinado a los a los niños de ayer, hoy y siempre, un libro para compartir en el aula y el hogar.

 

 

Dos reyes
Del libro Cuentos para niños de 8 a 108 - Tomo IV

Esta es la historia de dos países vecinos, que eran gobernados por reyes y a pesar de que los pueblos eran muy parecidos la suerte de sus habitantes era muy diferente.
Uno de estos reyes era rico y por lo tanto, poderoso. Su fortuna era incalculable, pero él quería que siguiera aumentando, así que había ordenado que quien quisiera conocerlo tendría que pagar con tres bolsas llenas de monedas de oro. Y, aunque parezca mentira, llegaba gente de todo el mundo sólo para verlo y así su tesoro siguió creciendo día a día.
Mientras tanto, el país vecino era cada vez más pobre; el viejo rey no sabía qué hacer, sus súbitos estaban tristes y desganados y la miseria los abrumaba.
Al fin el rey se murió de pena y su hijo, el joven príncipe, debió sentarse en el trono y empezar a gobernar.
Si bien la pobreza era un gran inconveniente, había otro problema que desgarraba el corazón del nuevo rey: en el pueblo hacía mucho tiempo que la gente ya no sonreía.
Después de mucho cavilar, el rey mandó a proclamar su primer decreto que decía así:
“Toda persona que quiera verme sólo deberá cumplir el siguiente requisito: debe llegar al palacio muy sonriente y feliz.”
La proclama se difundió por todas partes y llegó hasta el reino vecino, donde todos se burlaron del joven. “Necesitan monedas de oro para poder vivir y no visitantes felices”, decían, jactanciosos y engreídos.
Pero al ver que era tan simple llegar a conocer a un rey de verdad comenzaron a acercarse muchos visitantes y así hubo trabajo para los pobladores. En poco tiempo se produjo un cambio tan categórico que dejó a todos perplejos y llenos de admiración por la sabiduría del nuevo monarca.
El rey vecino, a quien ya nadie visitaba, se fue quedando muy solo. Sus súbditos lo ignoraban y se encerraban en sus casas a añorar la prosperidad perdida mientras él pasaba las horas contando sus monedas de oro hasta que los ojos se llenaban de lágrimas y la riqueza le parecía una cosa sin importancia.
Entonces ofreció pagar para que lo visitaran y lo amaran, pero tampoco tuvo suerte, la gente seguía yendo al país del rey joven y al regresar a sus pueblos comentaban que nunca habían visto gente tan feliz.
Así fue que el rey rodeado de oro, comprendió que las cosas que verdaderamente importan no se pueden comprar, ni vender, ni prestar, deben ser disfrutadas sin egoísmo y han sido puestas en el mundo para compartirlas entre todos.

En un pueblo maravilloso...
Del libro Cuentos para niños de 8 a 108 - Tomo IV

Había una vez un pueblo maravilloso, situado en un valle escondido entre montañas y lagos que lo separaban de otros pueblos.
Todo era tan limpio y colorido que me hacía sentir como si estuviera dentro de un libro de cuentos.
Un montón de duendes correteaban alegres, entre inquietas ardillas y conejos saltarines mezclándose con las flores, las mariposas y las abejas.
En el pueblo había fábricas de mermeladas, de caramelos y chupetines, de confites y de helados. También se producía miel y en el tambo de don Felipe, los quesos y la manteca eran una delicia.
Todos trabajaban durante el día y a la tardecita llegaba un carro muy grande que llevaba la producción a otros pueblos y así terminaba la jornada en este apacible lugar.
Los árboles que adornaban las veredas tenían una extraña particularidad, en verano daban la más espesa de las sombras y el día mismo en que comenzaba el otoño, se quedaban sin una sola hoja, dando paso al calor y la luz del sol. Nadie me supo explicar este misterio, yo creo que por la noche el viento se llevaba las hojas y las dejaba del otro lado de las montañas, para que las calles estuvieran siempre limpias y relucientes.
Si no hubiera vivido un tiempo allí, dudaría, como dudan ustedes, de su verdadera existencia.
Este lugar me llenaba de paz y alegría, pero había un problema que preocupaba a los vecinos: hacía semanas que el duende Vientillo había desaparecido, todos estaban tristes, lo buscaron y lo buscaron pero fue en vano.
Nadie sabía que Vientillo había pasado la temporada de vacaciones buscando sueños dentro de la escuela y como la escuela estaba cerrada no se les ocurrió pasar por allí.
Buscar sueños es un trabajo delicado, requiere de paciencia y atención, porque los sueños son frágiles y se pueden asustar.
Con su cara dulce y su sonrisa tierna, Vientillo logró encontrar a todos los sueños que esperaban en la escuela, así supo de los sueños de los niños, de los maestros, de los ayudantes, de los pupitres, de las paredes, de la directora, del mástil, del patio, de la campana, de los pizarrones... encontró tantos que tuvo que pedir ayuda a todos los duendes para hacerlos realidad.
Comenzaba el año escolar; cientos de niños, con sus blancos delantales, se acercaban al colegio; la alegría y el entusiasmo de las familias embellecían aún más el lugar.


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Cuentos para niños de 8 a 108 IV

Cuentos, poemas, frases y reflexiones, especialmente dirigidos a resaltar la importancia de la educación, la familia y la escuela como formadores de ciudadanos libres y responsables.
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